Es un problema habitual en personas que trabajan frecuentemente sentados o de pie. Son una de las úlceras más comunes en personas con dificultad en el retorno venoso

Frecuentemente los pacientes diabéticos disminuyen la sensibilidad de sus pies. En ocasiones se realizan heridas de muy lenta cicatrización, y al no consultar con un especialista y esta puede agravar.

Estas úlceras no son tan frecuentes, y se observan normalmente en las extremidades inferiores. Son muy dolorosas y el paciente, al estar acostado, le genera más dolor aún.

Las quemaduras más comunes son por agua caliente es distintos rangos de edad. Muchas veces no se sabe cómo actuar: la forma correcta debe ser mojar la zona con agua fría y luego consultar a un centro de salud para poder seguir indicaciones de cómo tratarla.

Algunos medicamentos deben ser administrado en el músculo para así poder tener una mejora de forma más rápida. Esta debe ser inyectada por personal de enfermería y con una indicación médica.

Una inyección subcutánea se debe administrar en tejido subcutáneo. Existen distintos lugares de punción. Algunos medicamentos se deben administrar de forma más lenta.

En ocasiones el médico deja suturas en los pacientes post operados o aquellos que fueron intervenidos ambulatoriamente. Estas suturas deben ser retiradas en los días indicados por la enfermera capacitada.

Existen distintos tipos de sondas que el paciente necesita para mejorar y optimizar su calidad de vida. Este es un procedimiento estéril, y debe ser instalada por un profesional de enfermería capacitado.

En ocasiones los pacientes quedan con lesiones luego de una cirugía, o accidente. También es común que en el caso de sufrir alguna fractura se realice una incisión en la zona, y el personal idóneo debe realizar las curaciones.

Herida que separa la piel de las capas subyacentes. Puede ser de espesor parcial (solo la capa externa) o de espesor total (ambas capas). Para ayudar a la curación, es importante mantener la herida limpia y seca, y cubrirla con un apósito o vendaje.

Las lesiones por presión o escaras son heridas causadas por presión prolongada en zonas óseas. Su tratamiento incluye limpieza, desbridamiento, apósitos, control de presión, buena nutrición e hidratación. La prevención mediante movilización y cuidado de la piel es clave para evitarlas.